16 de abril de 2012

Sed de revolución.

Tengo mil caras y muchas realidades,
sobrevivo preso, explotado y humillado,
no me dejan crecer privándome de aprender,
y a cada instante cuartan mi vida,
estoy cansado de que engrilleten mis pensamientos,
que ahoguen mis anhelos, y apresen mi libertad.

Si, saldré nuevamente a las calles,
gritare, saltare y nuevamente volverán a derramar mi sangre,
de retorno a casa, cansado, herido,
me pregunto si será suficiente,
pero aun sabiendo que no, conservare la esperanza,
esperando ese ansiado día, 
¿te sientes reflejado?, ¿no sabes quién soy?
Abre tus ojos, observa a tu gente,
¡ahí estoy!, mírate, soy ustedes, ¡soy el pueblo!
 

El milagro de volverte a encontrar

Te veo subir y como nunca antes, te sientas a mi lado,
No imaginas lo que provocas en mí.
Te he visto antes y anhelo decírtelo,
pero al no saber cómo, prefiero controlar mis ansias,
creo que me observas y me pongo nervioso.

El temor de un rechazo, me provocan cerrar los labios,
pero la valentía de arriesgarme, y la esperanza de una sonrisa,
aprietan mi pecho y aceleran mis latidos.
Y aunque sé, que no me queda mucho tiempo,
y quizás no vuelva a verte,
aseguro que antes de que termine este recorrido,
tendré que decirte, cuanto me gustas.

Dime que también estas vivo


cuando miro la cara de un niño sufriendo,
cuando observo la manos del mendigo,
cuando me reflejo en las lagrimas de una madre,
cuando logro experimentar el esfuerzo de un obrero,
cuando siento el abandono de un anciano,
cuando se refleja en tu ser, la represión en mi nación,
cuando en las calles veo derramar sangre inocente de mi pueblo,
en ese preciso momento, en donde tiembla mi corazón,
y el dolor se mete en mi piel dejando lagrimas en los ojos,
es en ese único instante, el cual atesoro con la vida,
cuando me doy cuenta, que realmente estoy vivo.